Las placas de acero al carbono según la norma ASTM cumplen con las especificaciones establecidas por la Sociedad Americana para la Prueba de Materiales (ASTM), ampliamente utilizadas en América del Norte e internacionalmente en proyectos que adoptan estándares de ingeniería estadounidenses. El ASTM A36 es uno de los estándares más comunes para placas de acero estructural al carbono, especificando una resistencia mínima a la tracción de 250 MPa y una resistencia a la tensión de 400-550 MPa, con buena ductilidad y soldabilidad. Otros estándares clave incluyen el ASTM A572 para acero de alta resistencia con bajo contenido de aleación y el ASTM A516 para placas de recipientes a presión. El control de la composición química es riguroso, con límites de carbono ( típicamente ≤0.29% para ASTM A36), manganeso, fósforo y azufre para garantizar la procesabilidad y el rendimiento. Las propiedades mecánicas se definen mediante pruebas de tracción, determinación del punto de cedencia y mediciones de elongación, con pruebas de impacto opcionales para evaluar la tenacidad. Las placas ASTM se producen utilizando diversos procesos de fusión, incluidos hornos de oxígeno básico y hornos eléctricos de arco, seguidos de laminación en caliente y, si es necesario, tratamiento térmico. Se utilizan ampliamente en la construcción (estructuras de edificios, puentes), fabricación (bases de maquinaria) e infraestructura (componentes de carreteras). El proceso de certificación ASTM asegura la consistencia y trazabilidad del material, con informes de prueba de la fábrica proporcionados para cada lote. Proyectos internacionales a menudo especifican estándares ASTM para su compatibilidad con códigos de diseño basados en EE.UU. y facilidad de adquisición, lo que convierte a las placas de acero al carbono según la norma ASTM en un referente global para calidad y fiabilidad.