El tubo de acero al carbono sin soldadura es un material industrial básico, valorado por su equilibrio entre resistencia, asequibilidad y versatilidad en entornos que van desde no corrosivos hasta moderadamente corrosivos. Fabricado con grados de acero al carbono con contenido de carbono del 0,12% al 0,30% (por ejemplo, ASTM A106 Grado B, GB/T 8163 20#), estos tubos ofrecen resistencias a la tracción de 248-415 MPa y resistencias a la tensión de 415-620 MPa, adecuadas para sistemas de presión hasta 16 MPa. La estructura sin soldadura elimina las debilidades relacionadas con la soldadura, lo que los hace ideales para aplicaciones que requieren alta fiabilidad, como líneas de alimentación de agua de calderas, ejes de transmisión mecánica y soportes estructurales en zonas sísmicas. Los rangos dimensionales abarcan diámetros exteriores (OD) de 15–600 mm, espesor de pared de 2–40 mm, con longitudes estándar de 6–12 metros, personalizables mediante corte y biselado. Los tratamientos superficiales varían desde acero desnudo (pintado en el lugar) hasta recubrimientos protectores: galvanizado en caliente (capa de zinc de 85 μm para uso al aire libre), forro de epoxi (300 μm para líneas de agua) y envoltura de brea. El control de calidad incluye pruebas hidrostáticas (1,5 veces la presión de trabajo), pruebas ultrasónicas para la uniformidad del espesor de la pared y análisis químicos para asegurar que el contenido de azufre/fósforo sea ≤0,045% para la soldabilidad. Las aplicaciones abarcan redes de suministro de agua, tuberías industriales y marcos de edificios, con cumplimiento de normas como ASME B31.1 (tuberías de energía) y EN 10216-1 (tuberías mecánicas) para garantizar la aceptabilidad global.