El tubo de acero galvanizado en forma cuadrada combina los beneficios estructurales de las secciones huecas cuadradas con la resistencia a la corrosión de los recubrimientos de zinc, lo que lo hace ideal para aplicaciones al aire libre y expuestas a la humedad. El proceso de galvanización—ya sea por inmersión caliente (sumergido en zinc fundido) o galvanización electroquímica (deposición electrolítica)—crea una capa protectora que se corroe sacrificadamente antes que el acero subyacente, extendiendo la vida útil entre 3 y 5 veces en comparación con los tubos sin recubrir. Los tubos galvanizados por inmersión en caliente (capa de aleación Fe Zn de 15–30μm) son preferidos para entornos agresivos (marinos, industriales) debido a su capa más gruesa y adherente, mientras que los tubos galvanizados electroquímicamente son adecuados para climas suaves con menor riesgo de corrosión. Las opciones de materiales incluyen calidades de acero al carbono como Q235A o ASTM A500 Grado B, con espesores de pared de 2–12 mm para equilibrar la resistencia y el peso. Aplicaciones comunes incluyen: cercas exteriores, barandillas de balcón, invernaderos agrícolas y marcos estructurales ligeros en edificios costeros. Consideraciones durante la instalación incluyen evitar dañar el recubrimiento durante el corte/bending (se requiere pintura de retoque para los bordes expuestos) y asegurar un drenaje adecuado para prevenir la acumulación de agua dentro de la sección hueca. Estándares internacionales como EN 10240 (tubos de acero galvanizado europeos) especifican el grosor del recubrimiento, la adherencia y la uniformidad, asegurando un rendimiento consistente en los mercados globales.