La barra en forma de ángulo de acero caliente se produce deformando el acero a temperaturas por encima de su punto de recristalización, lo que resulta en una mayor ductilidad y un costo efectivo para la fabricación a gran escala. El proceso comienza con el recalentamiento de lingotes a 1,100–1,300°C, seguido por su paso a través de laminadoras para formar la forma de L. Este procesamiento a alta temperatura reduce los esfuerzos internos y permite lotes de producción más grandes, haciendo que las barras en forma de ángulo de acero caliente sean ideales para aplicaciones estructurales no críticas donde las tolerancias ajustadas son secundarias frente al costo y disponibilidad. Grados comunes como ASTM A36 exhiben resistencias a la tracción de 400–550 MPa con resistencias a la flexión ≥250 MPa, adecuadas para construcción general y soportes industriales. La superficie puede retener una escama del proceso de laminación en caliente, la cual puede eliminarse mediante el desescamado o utilizarse tal cual para aplicaciones que no requieren apariencia estética. Las barras en forma de ángulo de acero caliente se utilizan ampliamente en equipos agrícolas, soportes temporales de construcción y elementos arquitectónicos no portantes. Su maleabilidad permite doblarlas o cortarlas en el sitio sin herramientas especializadas, aunque el endurecimiento por trabajo durante la fabricación fría puede requerir un temple para formas complejas. Si bien las tolerancias dimensionales son más amplias que en productos de acero frío, la laminación en caliente sigue siendo el método preferido para barras de gran diámetro (patas superiores a 150mm) debido al costo y la viabilidad de producción.